11.9.24

El prologal

 

Plocos: “Errabundos y solaceados en la sombra, nublados por miedo, ignorancia y arrogancia intentamos no transfigurarnos, mientras, divagamos circa destellos de luz que asoman más allá de la penumbra y que aspiramos alcanzar.

Es la libertad abrasadora y radiante, que con su valor nos muestra donde anhelamos estar, allá donde nos abrigará su verdad. 

Libertad ordenada, que ofrece esperanza de un bello devenir, como un pedazo de probabilidad que no deja que nos disolvamos en nuestra imposibilidad. Sin ella, no tendríamos alas, seríamos plumas flotando lejos de la verdad.”

 

Única en el universo, La  Vida en la Tierra es una incógnita maravillosa e inquietante, a la vez frágil y resiliente, efímera y persistente, características que heredó el ser humano. Podríamos simbolizarla como una madre cósmica que en cada etapa de su proceso de 'germinar', evolucionar y florecer, procuró un mundo para sus subproductos y aparentemente, a la humanidad, que avanza rauda en su 'periodo de destete', le 'trasmitió' consciencia e intelecto, le ofreció tiempo y espacio y le otorgó durezas y dones, en fin, 'preparó' todo lo que necesitaría para que pudiera crecer, madurar y aprehender sutilezas vitales de varia naturaleza, como la Realidad, o desaparecer en el intento. 

El homo sapiens ha experimentado una acelerada evolución de su consciencia permitiendo que, juntamente con su edificación de conocimiento y construcción de lenguaje, su percepción del mundo evolucione y se transforme exponencialmente. Su perspectiva se ha trastocado de lo inmediato a lo local, de lo universal a lo dimensional, y aquello que antes parecía inmutable se transmuta a gran velocidad. Pasó de un enfoque lineal a múltiples y complejos enfoques.

Se piensa su miembro más preciado, con características exclusivas y especiales.  Es la especie con un exclusivo y prolongado destete, que, juntamente con su singular intelecto, compleja consciencia, y superior capacidad para idear, construir y comprender lenguajes y realidades, le ha permitido aprehender profundamente su mundo y así, desde sus orígenes, posicionarse, hasta ahora, como especie 'dominante', en este planeta.
Plocos: “Aun enfrentando el riesgo de desvanecernos en la oscuridad, la incertidumbre y el cambio constante, nuestro propósito como subproducto 'preferido' de la Vida sería transcenderla, o, simplemente preservarla y expandirla en el universo.”

Para el ser humano el significado de la Vida está intrínsecamente ligado a su experiencia, anhelos y búsqueda de significado. Su concepto de la 'madre cósmica' ha abarcado múltiples definiciones, que van desde entenderla como una fuerza vital universal que transciende la humanidad, pasando por el de energía que explica la existencia de los seres vivos, a simplemente un modo de existir. No importa como la ha descrito, su constante búsqueda de certeza, libertad y paz no cesa, arrojándolo a un inquisitivo cuestionar sobre las intrincaciones del ser, saber y hacer.

Cuestiones que emergen en su intento de comprender su existencia en este mundo: ¿Es meramente la existencia un acto de simplemente ser, o conlleva propósitos definidos? Es existir simplemente, sin implicarse ni complicarse, o ser más que eso: seres con un destino trazado en las estrellas.

Ese afán por desentrañar el misterio de su existencia, en cierto sentido, lo lleva a categorizar su experiencia, a clasificar lo que siente y vive en términos comprensibles. La tendencia a desmenuzar, analizar y medir sus vivencias es un mecanismo con el que busca organizar el caos inherente a su condición humana. Ineludiblemente, en este desmenuce, el individuo se topa con dualidades fundamentales: el bien y el mal o el ciclo nacer-morir, donde también participa en el eterno juego entre lo imposible y lo posible o se enfrenta con la interacción entre la verdad y lo percibido.

Y esto lo ha llevado a aceptar estas categorías de opuestos como reales, haciéndolas parte de su experiencia y forma de entender el mundo, aunque en ocasiones se encuentra que algunas son construcciones mentales, que solo existen para él. Vemos que mientras para el león cazar es un acto natural y necesario, para el ser humano puede generar un conflicto moral y en ocasiones calificarlas negativamente.  Esto se debe a que proyectamos nuestras propias categorías morales sobre el mundo animal, sin tener en cuenta las diferentes realidades y necesidades de otras especies.

Intrigantemente, en este ejercicio se enfrenta a la paradoja de que, al buscar explicar el todo, limita su comprensión de aquello que es más allá de lo explicable. Por ejemplo, la idea de un propósito en la vida, la noción de que estamos predestinados, sugiere una estructura subyacente al azar, una narrativa cósmica que da sentido a nuestra existencia. Pero también existe la visión más existencialista que postula que la vida no tiene un propósito predeterminado; que simplemente estamos aquí, y la razón de nuestro ser está en la interpretación que hagamos de ella. Esto lleva a la reflexión sobre si nuestra vida tiene significado si no está guiada por una fuerza externa o, en su lugar, si nosotros somos los arquitectos de ese significado.

Al igual que la dualidad entre el bien y el mal, o nacer y morir, el proceso de intentar entender su existencia puede ser un terreno fértil para el conflicto interior. La vida se convierte en una interacción constante entre lo que sabemos, lo que creemos saber y lo que nunca llegamos a comprender completamente. Es este juego, el de categorizar, organizar y medir nuestras experiencias, el que nos da, al menos temporalmente, una sensación de control en medio de lo incierto. Sin embargo, en el fondo, sabemos que la total comprensión o estabilidad absoluta puede ser inalcanzable, y que la verdadera esencia de la vida podría residir precisamente en este espacio entre lo conocido y lo desconocido.

La constante dualidad en nuestras vidas no solo se limita a estos grandes interrogantes filosóficos, sino que se extiende a nuestra interacción con el mundo, donde debemos decidir cómo afrontar nuestras emociones, nuestras relaciones, y, sobre todo, el tiempo mismo que nos escapa. La tensión entre lo que es y lo que podría ser es, tal vez, uno de los mayores desafíos que enfrentamos como seres humanos.

En fin, categorizando de este modo, se le facilitó tanto el comprender y el construir su existencia, donde no solo encontró dualidades, también dimensiones e ilusiones, aunque en apariencia, parecen alejarlo de una comprensión integral de la realidad, que puede ser más compleja y fluida de lo que estas dualidades sugieren.

“Más allá de las ideas del bien y el mal, hay un valle. Te encontraré allí. Cuando el alma se recuesta sobre ese césped, el mundo está demasiado lleno para hablar de él. Ideas, lenguaje, hasta el término ‘uno y otro’ pierde todo sentido.” Rumi (1202-1273).
Plocos: "Aun inmersos en la eternidad del momento y del espacio fluyente, no lo aprehendemos. ¿Si transcendemos las dualidades, dimensiones e ilusiones, perderemos nuestra esencia humana?"

Y fue mi ilusión de comprender esta trama lo que motivó esta composición, intencionada para organizar y documentar conclusiones y facilitarme la ilustración sobre esas sutilezas. Encontré respuestas en el hábito del estudio minucioso y la reflexión crítica, que, junto con el constante cuestionamiento y revisión de conclusiones, y el pintarlas con el imaginar, trazaron el camino acertado.

Finalmente, me sumergí en un ejercicio dinámico que ha servido como catalizador de mis reflexiones y pensamientos, permitiendo que mi conocimiento se mantenga actualizado y evolucionado, y más que una mera colección de palabras, ideas y conceptos; es una exploración sin fin y un desafío a la definición, una danza de conocimiento que parece deliberadamente enredarse en su propia red de 'juegos de palabras'.  No diseñado para oscurecer el pensar, sino para invitar a la constante y reiterada reflexión de lo que se lee; a encontrar el camino a través de la confusión que precede al entendimiento.

Un ejercicio edificado sobre sucesivas reediciones de esta composición, revelándose como el modo más eficaz para intentar comprender la Vida, la Existencia, la Consciencia y la Realidad, aspectos fundamentales de la experiencia humana que inextricablemente están destinados para mutuamente lograr 'ser' y transformarse; esenciales en nuestra búsqueda de sentido.

En esta empecinada ocupación reafirmé la premisa que la verdad es esquiva. Que cada nueva verdad descubierta no necesariamente invalida las anteriores, muchas veces las complementa, enriquece o recontextualiza. Las verdades preexistentes se afirman, se articulan o se armonizan con las nuevas, creando un tejido de conocimiento cada vez más complejo y profundo.

Entendí que la verdad, la consciencia y la realidad se afectan mutua y dinámicamente.

Aprendí que no construimos realidad tal como la concebimos sin una consciencia, y la consciencia podría no existir sin una realidad que le dé contenido, revelando una probable interdependencia fundamental entre realidad y consciencia. Aparentemente simbióticos, empero diferentes. Enigmas ambos y por resolver.

Confirmé que la consciencia sigue siendo un misterio y no tenemos una definición clara y precisa de qué es, por ende, dificultándose determinar su papel exacto para la Vida y nuestra existencia. Aparenta ser un 'mecanismo' que está y hace parte del universo o de la Vida y junto con la realidad son un complejo acertijo para el ser humano.

Entonces me adentré en las hipótesis de si la realidad y la consciencia humana se crean mutuamente; o, si la consciencia es el fundamento de la realidad: donde la realidad material es una manifestación de la consciencia universal o del espíritu. Hoy algunos manifiestan que la consciencia no se limita a observar pasivamente la realidad, sino que también la interpreta, le da significado y la transforma a través de nuestras percepciones, pensamientos y acciones; y a su vez, la realidad influye en nuestra consciencia, proporcionándole experiencias que la forman y la hacen evolucionar.

Me cuestioné si la existencia se define por la consciencia, es decir, que para que algo realmente 'sea', no basta con su mera presencia física; necesita ser percibido y experimentado por una consciencia. Entretuve la teoría de que la consciencia parece ser un producto de la evolución biológica, que surgió en algún momento de la historia de la vida en la Tierra. Pero si la existencia requiere consciencia, cómo explicamos la existencia del universo antes de la aparición de seres conscientes, o la existencia plena de la materia inerte, como las rocas o las estrellas, si no son conscientes.

¿Podríamos afirmar que existen diferentes niveles de existencia, determinados según el grado de consciencia?

Si todo lo que experimenta es consciente. ¿cómo entonces debemos tratar al mundo que nos rodea?

El equiparar existencia con consciencia me desafío a reconsiderar como comprendemos la realidad y a una apreciación más profunda de la relación entre mente y mundo.

¿Cuál es el papel del ser humano en la creación de su propia realidad?

¿Qué significa realmente existir y cómo debemos interactuar con un mundo potencialmente consciente?

Debo también confesar que la tecnología actual ha sido una bendición encubierta. Grandes avances tecnológicos han democratizado y popularizado la comunicación, la información y el conocimiento, lo que facilitó mi aproximación a la verdad. Pero también nos enfrenta a mucha confusión, enmarcada intencionalmente en eficaces estrategias delusivas, que han llevado a la sociedad a una posición deliberada de zozobra, incredulidad o necedad, promoviendo una ruptura con las buenas tradiciones, lo ético, estético y objetivo.

Los efectos de estas estrategias se revelan socialmente en el trastorno de valores, principios y muy importante, de la realidad, que sumados a la falta de pensamiento crítico y los desequilibrios que presenta nuestro sistema productivo-consumista, parecen haberla conducido a una sociedad principalmente superficial y materialista, centrada en la tecnología, impulsando a sus miembros a la búsqueda incesante del éxito profesional, las habilidades técnicas y a la priorización del beneficio personal e incremental en el corto plazo, desconociendo las diversas repercusiones, y los principios éticos y morales que deben guiar sus acciones.

Si bien el progreso material y el avance tecnológico son indudablemente importantes para el desarrollo social, no deberían darse a espaldas de un sano desarrollo físico, intelectual, emocional y ético.

Hoy en día muchos descartan la actividad intelectual profunda como innecesaria o como algo que complica la vida. En una sociedad cada vez más impulsada por el utilitarismo y una mentalidad materialista, donde la felicidad se equipara con la ganancia financiera, se ha fomentado una cultura de mentes "ligeras": individuos que priorizan la comodidad y la gratificación inmediata sobre la comprensión genuina y el crecimiento personal. Su forma de pensar es: "¿Para qué complicarme con abstracciones si el éxito económico me traerá la felicidad?".

Esta mentalidad ya ha sido absorbida por diferentes facetas de la sociedad, alimentando el aumento de la superficialidad y la apatía intelectual. La fascinación actual por lo práctico, lo fácil, lo gratuito, lo llamativo y lo superficial, a menudo conduce al individuo a descartar el conocimiento que no contribuye directamente a una ganancia material, al avance profesional o la satisfacción inmediata. Una sociedad carente de criticidad y profunda reflexión es manipulable y fácilmente influenciable.

Sin una base sólida en ética y filosofía, corremos el riesgo de perder nuestra brújula moral y convertirnos, no solo en esclavos del consumismo y la gratificación instantánea, sino también de ideologías seductoras, pero extremas o negativas. 

Plocos: Más filosofar que la filosofía misma. Más el arte de pensar que dogmatizar. Más el entender que afirmar. Empero, que será de la sabiduría sin conocimiento, imaginación y amor.

La anterior frase nos dirige a profundizar en la valoración de un enfoque más abierto y reflexivo en la comprensión del mundo y de nosotros mismos. Coloca el proceso de pensamiento por encima del mero acumular de conocimientos, privilegiando la interrogante reflexiva sobre las respuestas precipitadas, y la comprensión sobre la simple declaración.

Sugiere ver el pensar como una práctica creativa y abierta, frente a la tendencia a aferrarse a creencias inamovibles o dogmas, resaltando el valor de la mente flexible y cuestionadora que se abre a múltiples posibilidades y perspectivas, donde prima la comprensión profunda sobre la simple declaración de hechos o verdades, subrayando una preferencia por la empatía y el intento de comprender los matices y la complejidad del mundo, en lugar de limitarse a proclamar certezas.

También nos indica que nuestro objetivo no debe ser meramente estudiar para simplemente acumular conocimientos o aceptar ideas de otros acríticamente, sino aplicar el discernimiento crítico en nuestra vida diaria. Esto implica vivir de manera reflexiva, cuestionando continuamente todo, hasta nuestras propias creencias y valores. Deberíamos aspirar a desarrollar la capacidad de pensar de manera autónoma, de analizar información de forma crítica y de formular argumentos coherentes. No se trata de aceptar pasivamente las ideas ajenas, sino de aprender a pensar por nosotros mismos. 

Sin embargo, señala que el pensamiento crítico, para ser genuinamente transformador, requiere estar bien informado. No podemos reflexionar en el vacío. La profundidad de nuestra comprensión y la eficacia de nuestro cuestionamiento dependen de un nivel previo de conocimiento que nos permite construir nuevas ideas o desafiar las existentes. Es crucial, entonces, mantenernos conscientes de la responsabilidad que conlleva el ejercicio de la razón. La libertad de interrogar y pensar de manera crítica conlleva el deber de informarnos, de comprender la complejidad y las implicaciones de lo que reflexionamos.

Comprender distintas perspectivas y argumentos antes de adoptar una postura definitiva no es solo un acto de equilibrio intelectual, sino también una invitación al diálogo y al enriquecimiento mutuo. Aunque filosofar, pensar críticamente y comprender diversas perspectivas son fundamentales, no debemos olvidar la importancia de adquirir conocimientos sólidos.

Entonces se nos presenta un verdadero desafío al elegir entre conocimiento y cuestionamiento, o en su integración. Un conocimiento profundo y un entendimiento amplio son a la vez el punto de partida y el destino en nuestra travesía filosófica y existencial. Mientras es fundamental cultivar una mente abierta y cuestionadora, es igualmente crucial acumular y valorar el conocimiento adquirido a través de este proceso. Filosofar trasciende la mera reflexión y el cuestionamiento; es un camino hacia el entendimiento y el conocimiento profundo.

Finalmente nos sorprende con una pregunta retórica, tal vez para desafiar nuestra comprensión de la sabiduría, sugiriendo que ni el conocimiento por sí solo ni la sabiduría están completos sin la imaginación y el amor. Es decir, la sabiduría trasciende una mera acumulación de conocimiento, y se completa al integrar la imaginación: esa capacidad de ver más allá de lo evidente, y al amor: la conexión humana y la compasión.  

La filosofía debe estar acompañada de cualidades humanas para no caer en el frio razonamiento, acogiendo la pasión del amor por conocer y comprender, y la empatía y conexión genuina con otros seres.

Nos invita a la idea que juntos, el conocimiento, la imaginación y el amor definen lo que es vivir sabiamente. Plantea la idea que una verdadera comprensión y aplicación del saber debe ir acompañada de una actitud de cuidado y respeto hacia nosotros y al mismo tiempo, a todo lo que nos rodea. Esta perspectiva aporta una dimensión ética y emocional al acto de filosofar, sugiriendo que la sabiduría no solo se manifiesta en el pensar y entender, sino también en cómo esos procesos nos conectan con los demás y con el mundo en un sentido más amplio y bondadoso.

Plocos: No podía dejar de escribir sobre plocos, neologismo de ideación propia que encontrarán recurrentemente en esta composición a manera de cita, disgregación o metatexto integrado en la narrativa. Su fonética podría evocar la idea de locura, algo de locos; empero, su diseño es el resultado de desarrollar un concepto que pretende proyectar la imagen de 'bloques de pensamiento', desarrollado sobre la fusión simbólica de los términos; pensamiento (español) y de blocos (portugués para bloques). Bloques que por sí solos pretenden expresar ideas profundas de forma condensada, pero como unidades de conocimiento concisas y significativas, se pueden combinar para formar estructuras más grandes y elaboradas.

Lo pensé como un modo de manifestar al lector mis perspectivas, sobre diversos conceptos o sobre el texto que acompañan. Su intención es la de invitar a la reflexión y estimular la creatividad y profundización sobre los temas tratados.

Con su ambigüedad y apertura a la interpretación, este ejercicio de síntesis y creatividad invita a encontrar la forma más precisa y evocadora de expresar una idea en pocas palabras, fomentando el debate y la exploración de nuevas conexiones y diferentes perspectivas en la mente del lector.

Su morfología y fonética también se ideó con la intención de sugerir una sensación de conectividad, alineándose con la virtualidad que vivimos, en inglés: Plug.

Cuando están integrados dentro del texto, como interludios reflexivos, o pausas en la narrativa principal, pretenden invitar al lector a la reflexión. Son pequeñas ventanas que se abren a cuestiones filosóficas o simples perspectivas o preguntas, mayoritariamente relacionadas con el tema central del texto que acompañan, y actuando como 'bloques de pensamiento' independientes, dialogan con el texto principal, aportando nuevas perspectivas y profundizando en las ideas planteadas. En ocasiones, generando un contrapunto con la narrativa, o disrupciones que interrumpen el flujo de la narración y desafían al lector a cuestionar sus propias ideas y perspectivas.

En general, me pareció un modo diferente de involucrar al lector en la reflexión filosófica o de varia índole, creando una dinámica interesante entre su narrativa y estas pausas reflexivas, enriqueciendo la lectura y abriendo múltiples posibilidades de interpretación.

Gracias por leer mi introducción, y con el fin de facilitar la lectura del libro completo, que a lo largo de los años ha evolucionado, madurado y se ha transformado en diversas versiones, decidí colocar un cuadro donde están los enlaces a cada versión. Todas presentan modificaciones a todo lo largo de la composición.  Te invito a explorar alguna de estas versiones, disponibles en los enlaces a continuación

¡Gracias por ser parte de este viaje!

Versión

Fecha 

Enlace/Link

 

25.0

15/11/2025


 

24a.0

24/06/2025


 

24.0

24/02/2025

ESP


 

20.0

04/06/2024


 

19.0

20/04/2024

ESP


 

16.0

26/12/2023


 

12.0

18/01/2022

ESP


 

3.0

24/03/2020

ESP


 

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